Una adopción triste

Esta es GALA. Antes se llamaba SOFIA. Vino de Murcia recuperándose de una operación de trauma de una patita rota. Se recuperó perfectamente gracias a los cariños de Antonia, Ramon y Laura, su familia con la que vivió durante medio año o un poco más en Llinars del Vallés, hasta que por problemas familiares tuvieron que darla en adopción a una familia francesa que vive en Girona.

• Lo positivo: que a pesar de ser un cachorro tuvo una vida mala y pudo conocer lo que es el cariño con una familia.
• Triste: que no se la han podido quedar a pesar de lo mucho que la quieren.

Las adopciones

Os voy a pasar una relación de los galgos a los que he ayudado a encontrar una familia. Si puede ser, por orden cronológico e indicando dónde viven.

Con esto quiero animar a todo el mundo para que haga acogidas temporales o bien se decida a adoptar a un galgo, que es una raza muy desconocida como animal de compañía, pero fabulosa.

La primera adopción:

Este es YAGO.

Un macho precioso que vino de Cádiz. Ahora es feliz en su casa en Castellar del Vallés junto a su familia y su hermana boxer.

La colaboración

Yo sabía muy poco del funcionamiento de SOS Galgos. No sabía qué funciones hacía hasta que Anna me pidió hacer una visita en Castellar del Vallés ya que vivo cerca.

Las visitas consisten en ir a visitar a la familia para ver dónde va a vivir el galgo. Informar de cómo son y ver si la casa es segura. Cuando hablo de segura, sobretodo me refiero a la valla. Los galgos son miedosos y en lugar de esconderse, lo que hacen es salir corriendo y llegan a saltar vallas de dos metros. Por lo que es muy importante que la casa donde vaya a vivir el galgo esté bien vallada y no pueda escaparse.

Así que a partir de esta primera visita empecé a colaborar con SOS Galgos.

El principio

Todo empezó un día 22 de enero del 2005. A las 11 de la mañana llegaba nuestra princesa. Nuestra "hija" Jara. Llegamos a Esplugues con muchos nervios y allí estaba esperándonos. No sabíamos cómo iva a reaccionar, si nos querría, si se adaptaría. Pero cuando la llamamos nos movió el rabo para saludarnos. Qué preciosa! Anna nos atendió estupéndamente y nos hicimos la foto de rigor para colgar en la web como adoptada.

En el coche de vuelta a casa se portó perfectamente y al llegar le esperaba su sofá y su comida.

Estaba muy cansada y extraña, por lo que durante todo el día estuvo durmiendo.

Y porqué este nombre?

Supongo que os lo habréis preguntado.
Pues cuando paseo con Jara, mi galga, la llaman de muchas maneras, unas veces de modo cariñoso y otros no tanto. Pero de entre todos los nombres que le han puesto, el que más gracia me ha hecho es este, que dijo un niño un día cuando estábamos paseando:
- Mira mamá, el perro palo.

Así que los galgos, son también llamados los perros palo.